Los tornillos son clavos peinados con raya al medio.
Lo que más obsesiona a la cuchara es poderse soltar de los hilos de la miel.
En las porterías nacen las sillas enanas.
El sillín del piano es el sacarcorchos del concierto.
El menú es la revista infantil de los que comen.
El Coliseo en ruinas es como una taza rota del desayuno de los siglos.
Los auriculares son las gafas ahumadas de los oídos.
El pavo real es como esos niños que se visten de carnaval cuando no es carnaval.
El gallo blanco está vestido de gallina.
Lo que más denigra al perro -y él lo sabe-, es rascarse la cabeza con la pata de atrás.
Lo que más obsesiona a la cuchara es poderse soltar de los hilos de la miel.
En las porterías nacen las sillas enanas.
El sillín del piano es el sacarcorchos del concierto.
El menú es la revista infantil de los que comen.
El Coliseo en ruinas es como una taza rota del desayuno de los siglos.
Los auriculares son las gafas ahumadas de los oídos.
El pavo real es como esos niños que se visten de carnaval cuando no es carnaval.
El gallo blanco está vestido de gallina.
Lo que más denigra al perro -y él lo sabe-, es rascarse la cabeza con la pata de atrás.
Otra pequeña dosis de greguerías del gran Ramón Gómez de la Serna. Personalmente, me gusta mucho la del Coliseo. La del tornillo también.
Para los que recién se enteran de que existe algo llamado greguería, acá pueden ver un post anterior sobre el tema.
Ramón Gómez Serna greguerías literatura metáfora humor
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