17/8/08

El ganso leal

Había una vez un Brahmán llamado Piadoso, en cierta ciudad. Su mujer tuvo sólo un varón y un ganso. Y como ella quería a los pequeños, cuidaba del ganso como a un hijo, dándole la leche de su pecho, ungüentos y baños, etc. Pero ella no tenía confianza en él, pues pensaba: "un ganso es una clase de criatura muy desagradable. Podría dañar a mi hijo."
Un día guardó a su hijito en la cama, tomó un jarrón de agua y dijo a su marido. Profesor, voy en busca de agua. Cuídame al niño del ganso.
Pero cuando acabó de salir, el Brahmán se fue a alguna parte a pedir alimentos, dejando la casa sola.
Apenas salió, una víbora negra salió de su cueva, y como el destino lo quiso, se arrastró hacia la cama del niñito. Pero el ganso, sintiendo que era un enemigo natural, y temiendo por la vida de su hermano-bebé, se arrojó sobre la serpiente a medio camino. Luchó con ella, la deshizo a mordiscos y tiró los pedazos alrededor. Después, encantado de su propio heroísmo, corría, chorreando sangre de su boca, al encuentro de la madre; pues deseaba mostrarle lo que había hecho.
Pero, cuando la madre le vio venir, con su boca ensangrentada y su excitación, temió que el villano hubiese comido a su hijo-bebé y, sin pensarlo dos veces, pegó con el jarrón sobre él, produciéndole la muerte instantánea. Allí lo dejó, sin pensar más en él, y corrió a casa, donde encontró al bebé sano y salvo, y cerca de la cuna, una gran víbora negra, desgarrada en pedazos. Entonces, oprimida por la pena, porque había muerto al bienhechor de su hijo, se golpeó la cabeza y el pecho.
En ese instante llegó el Brahmán a casa, con una fuente de puré de arroz que había obtenido de alguien en su camino al pedir limosna, y vio a su mujer lamentándose amargamente por su hijo, el ganso:
-¡Goloso! ¡Goloso! -gritó-. ¿Por qué no hiciste como yo te dije? Probarás ahora la amargura de la muerte de un hijo, fruto del árbol de tu propia perversidad. Sí, eso pasa a los que son ciegos por su gula.

"El ganso leal" es una de las 87 narraciones que conforman el "Panchatantra", la primera y más antigua colección de fábulas de la India. Aunque fueron escritas por un autor anónimo en el siglo II antes de Cristo, las historias se remontan a épocas más lejanas según testimonios sánscritos. Hacia la Edad Media estas fábulas fueron muy populares en Europa, al punto de que una traducción alemana fue uno de los primeros libros en pasar por la imprenta de Gutenberg en 1481. Igual que otro maravilloso libro de origen hindú -Las Mil y Una Noches- el "Panchatantra" tiene un marco que soporta la historia: un rey se encuentra desesperado porque tiene dos hijos estúpidos. Decide contratar a un Brahmán para que les enseñe el niti, la sabiduría del trato con la humanidad. El Brahmán se compromete a cumplir el deseo del rey en seis meses y empieza con las clases sobre la naturaleza humana mediante fábulas, que se van entrelazando ingeniosamente unas con otras hasta completar la historia.
Lo saqué del ensayo "Sabiduría Hindú", de Lin Yutang.

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